Artículo publicado en el sitio http://djovenes.org/archivo/
*Ivan Ricardo Pérez Vitela
Dirk Nowitzky vs Lebron James |
Seguramente todas y todos aquellos amantes del basquetbol deberán estar enterados de la pronta culminación de la temporada 2010-2011 de la NBA (National Basketball Association por sus siglas en inglés), en donde los Mavericks de Dallas, comandados por el alemán Dirk Nowitzky se enfrentarán al trabuco de equipo de Miami con sus estrellas Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Una liga extraordinaria de basquetbol en donde los mejores exponentes a nivel mundial del deporte ráfaga, se concentran año con año para brindarnos un espectáculo de emociones deportivas. Entiendo que no es muy bueno dar pronósticos tan aventurados y aunque soy un Laker de corazón, el juego de los Mavs y Nowitzky me han llenado el ojo como para apoyarles con todo en estas finales, tal y como lo hice en aquella ocasión en que perdieron ante el mismo Miami en 2006.
Seguramente el lector de estos párrafos se estará preguntando, ¿y qué tiene que ver la NBA con la discriminación y la responsabilidad ciudadana? Bueno, pues expongo aquí mis razonamientos y argumentos. La NBA se ha caracterizado históricamente por ser una liga con conciencia social, es decir, a nivel ejecutivo y directivo, existe la preocupación e interés por desarrollar programas en los que el deporte y la solidaridad humana se combinen por medio de la interacción de los jugadores en proyectos y causas sociales. El programa NBA cares -A la NBA le importa-, da testimonio de ello y para conocer un poco más sobre sus labores altruistas vale la pena visitar el siguiente enlace http://www.nba.com/nba_cares/.
Sin embargo, la naturaleza humana en muchas ocasiones es débil y la emoción al calor de las jugadas, puede provocar el nacimiento de frustraciones que se ven reflejadas en agresiones o insultos de toda índole. En la NBA esta temporada se vivieron dos claros ejemplos de lenguaje discriminatorio homofóbico en jugadores emblemáticos: Kobe Bryant, estrella de los Lakers de los Ángeles y Joakim Noah, centro pivot de los Toros de Chicago. En ambos casos, la frustración del juego desembocó en insultos homofóbicos que pudieron ser detectados por las pantallas de televisión y principalmente, por los ejecutivos de la liga. Ante ello y sin mayor trámite o tardanza, la liga no lo pensó dos veces y sancionó severamente a ambos jugadores. Bryan fue multado con 100,000 dólares (equivalente a 1 millón 166 520 pesos) y Noah por su parte, se hizo acreedor a una multa de 50,000 dólares (la mitad en pesos de la cifra impuesta a Bryant). El mensaje para jugadores, entrenadores, aficionados y en general para toda la sociedad fue bastante claro, este tipo de actitudes discriminatorias no serán toleradas en una liga profesional a la que siguen millones de personas alrededor del mundo. Fue un alto frontal a la discriminación homofóbica en cualquiera de sus expresiones.
Como resultado de ello, tanto Bryant como Noah además del castigo económico, tuvieron que emitir disculpas públicas por su comportamiento y expresar su arrepentimiento al señalar que estas frases en realidad no formaban parte de su manera de pensar o actuar.
Pero ¿a qué nos lleva este recuento de sucesos?, a una reflexión sencilla pero a su vez, difícil de implementar en nuestro contexto nacional. El CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) publicó recientemente los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México 2010, en los cuales lamentablemente salimos reprobados como sociedad. Como soporte de esta afirmación, van aquí algunas cifras que dan cuenta de ello: De una muestra de 52 mil 95 personas entrevistadas en las zonas metropolitanas de Cd. Juárez, León, Puebla, Querétaro, Tijuana, Toluca, Torreón, Guadalajara, Monterrey, Distrito Federal, Tapachula y Tenosique, se encontró que 43.7% de la población NO estaría dispuesto a vivir con personas homosexuales. Asimismo, ante la pregunta ¿Cuál cree usted que es el principal problema para las personas homosexuales, lesbianas y bisexuales en México, hoy en día?, las respuestas fueron igualmente demoledoras, Discriminación 52%, Falta de aceptación 26.2%, críticas/burlas 6.2%, Respeto 6.1%, por lo que estos simples datos nos hablan de que hoy en México la discriminación homofóbica sigue siendo una grave costumbre arraigada en nuestra sociedad. Para revisar los datos estadísticos de la encuesta, acudir a http://www.conapred.org.mx/.
Y aquí viene la conexión argumentativa con las políticas implementadas por la NBA para abatir la discriminación. Si bien esta liga deportiva profesional persigue entre sus múltiples objetos intereses económicos, no por ello deja de asumir su responsabilidad como una entidad privada, es decir, ciudadanos y ciudadanas que organizados de manera particular y sin relación con el gobierno o autoridad estatal, han decidido hacer una apuesta más allá de los intereses comerciales al promover un visión de integración, respeto a la diversidad y lucha contra la discriminación en cualquiera de sus modalidades. Sin duda alguna esta liga deportiva debería ser un ejemplo a seguir por todos aquellos grupos y asociaciones que pretenden hacer del deporte algo más que simple entretenimiento y recaudación de dinero. Imaginen la influencia para abatir el flagelo cultural de la discriminación en nuestro país si la Federación Mexicana de Futbol decidiera asumir como política seria y determinante la promoción de los derechos humanos y la lucha contra la discriminación a partir de un compromiso social con las y los millones de aficionados que gustan del futbol, sin duda el mensaje de respeto, aceptación y cero tolerancia a la discriminación sería más escuchado por la juventud en este país y así poco a poco se iría caminado hacia el cambio cultural que tanto requiere este país. Hoy puedo decir que disfrutaré de mejor manera las finales de la NBA al saber que es una liga solidaria con aquellos sectores sociales menos favorecidos.
*Consultor en Derechos Humanos y alumno de la Maestría en Derecho por la UNAM.
Twitter: @telattecaf
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