Carmen Aristegui |
Tarde o temprano tenía que suceder, nuevamente Carmen Aristegui ha sido censurada y cesada del medio de comunicación en donde venía ejerciendo su actividad periodística los últimos años -MVS-. Sorpresa para mi es observar que en los medios de comunicación esta noticia aparentemente está pasando desapercibida y sin mayor posicionamiento. La lógica nos dice que para el gobierno mexicano y los poderes fácticos, su actividad profesional era ya una carga indeseable e insostenible ante el contexto de violencia, corrupción y pobres resultados en materia de seguridad pública, economía, empleo y seguridad social.
El trabajo de esta periodista ha sido ampliamente reconocido y valorado por la comunidad nacional e internacional. Su estilo de investigación y entrevistas le ha permitido ser una de las fuentes más creíbles y escuchadas en México, por lo que resulta preocupante observar la manera en que uno de los escasos espacios radiofónicos en donde la realidad nacional se describía de manera pormenorizada haya sido objeto de censura definitiva.
La libertad de expresión es un derecho humano consagrado en el artículo 6° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sin embargo, en nuestro país ejercer este derecho de manera masificada resulta altamente difícil de realizar. Los poderes fácticos como Televisa, TV Azteca, MVS y demás cadenas de información son las únicas que en realidad pueden gozar de este derecho en cobertura amplia. Por ello, las labores de periodistas íntegros como Carmen Aristegui resulta incómoda para la clase política nacional al mantenerse alejadas de los tentáculos de la corrupción y del gatopardismo noticioso.
Las y los ciudadanos debemos de expresar nuestro firme rechazo a quedarnos sin voces con calidad moral que describan, investiguen y divulguen la pobre realidad nacional en la que estamos atrapados estos últimos años y por ello resulta necesario formar un frente amplio que utilice las redes sociales de Internet para exigir la apertura de estos espacios a fin de garantizar nuestro derecho humano a estar debidamente informados sobre el acontecer nacional e internacional.
La gran pregunta ante esta censura es ¿qué hacer para lograr que la clase política escuche realmente la voz ciudadana? acciones como las realizadas en las comunidades de Medio Oriente nos dieron un ejemplo concreto para alcanzar cambios que al menos intenten modificar la espiral de violencia y mediocridad a la que nos han arrastrado al menos las últimas 6 administraciones federales. Tanto el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como el Partido Acción Nacional (PAN), han evidenciado el mismo estilo neoliberal para gobernar a la luz de políticas que únicamente protegen los intereses de la oligarquía de este país.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se ha quedado corto ante la necesidad de formar una Izquierda fuerte y saludable que funja como contrapeso social y se ha perdido en guerras intestinas de sus "tribus" que obtusamente se disputan el "poder". Los partidos políticos no han sido una respuesta a la transformación que requiere México, la cantidad de recursos económicos que se les destina únicamente ha servido para engrosar las bolsas privadas de la clase política, mientras que el resto de la población se hunde en el mar de la violencia desatada por el narcotráfico y la pobreza provocada por la nula política gubernamental de empleo.
Agregado a este contexto, los medios de comunicación tampoco han cumplido con su importante papel que es el de informar objetivamente a la población sobre la situación imperante en el país. Basta observar la barra de noticieros de las dos televisoras más fuertes del país para enterarse de la tendenciosa forma en que describen sus noticias.
La única respuesta que contemplo ante este panorama es el activismo social, el movimiento civil y ciudanización de los espacios públicos de gobierno. A todas luces resulta una tarea titánica y de dimensiones difíciles de concretar, sin embargo, existen ejemplos de acciones específicas que han logrado efectos interesantes, por ejemplo el movimiento ciudadano por el Voto Nulo que logró generar la participación ciudadana en las elecciones de 2009, nulificando el sufragio personal en miles de casillas electorales. Sin compartir en lo personal este movimiento, debo reconocer que la generación de expectativas compartidas fue un ejemplo exitoso de lo que significa la organización y participación ciudadana. Razonar, discutir, analizar y expresar las necesidades de la sociedad deben ser una meta que se persiga en espacios comunes como universidades e iglesias. La comunicación es un medio que nos permite conocernos unos a otros y permanecer enterados de lo que acontece a nuestro alrededor. Los medios de comunicación tienen un compromiso ineludible con la sociedad y por ello resulta imperante ejercer medidas de presión encaminadas a garantizar nuestro derecho a la información.
Seguramente Carmen Aristegui encontrará pronto un espacio donde pueda continuar con su labor periodística, así que mientras tanto, será tarea cotidiana buscar en la red la noticia que el gobierno y los poderes fácticos se niegan a publicar.
1 comentario:
Hola, Ivan!
No te habia dicho, pero que padre blog tienes. Yo tengo el mio, se llama sgnoticias, he ido cambiando mi tematica, de la polaca y la economia a inmigracion...
Deberias echar un ojo a Twitter, hay mucha gente comentando casos como el de Carmen Aristegui.
Es totalmente reprochable, parece que la imagen presidencial es otra vez intocable... bonito cambio, bonita democracia!
Saludos desde Canada,
Sergio
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